Hay quienes alegan que los milagros no existen,
Que sólo existe la ciencia,
Los hechos palpables;
Y lo que se puede medir y cuantificar.
¿Y qué de la magia detrás de la ciencia?
¿Qué de la alquimia que nutre el átomo?
¿Qué de la fuerza que esquiva a los peritos,
Ese Impulso aún desconocido por la ciencia,
Que genera el fenómeno de la vida?
Una flor nace y se expande,
Siguiendo el trayecto del universo,
Brota y se difunde en pequeñas florecitas.
Como estrellas y galaxias en el infinito universo;
Universo que floreció un buen día,
Y ahora se expande en tiempo y espacio.
¿Y qué del universo contenido en esa flor?
¿Qué del milagro que produjo tal maravilla?
¿Qué del prodigio que nos trae tal belleza?
El universo es un cántico a lo milagroso,
Un espectáculo visual para aquellos que se detienen,
Y miran, y ven el milagro,
Respiran el milagro,
Y viven el milagro.
Una flor entona su trova,
Alboroto de pétalos que emanan alabanzas.
En gesto de euforia esférica,
Se extienden hacia lo imperecedero;
Y aun así, los ciegos insisten:
No existen los milagros…
Wilfredo Benitez
24 de Julio, 2017